Filomeno Sarmiento, actual
Alcalde de Cuautlancingo, es una figura que genera debate en el ámbito político
y social. Con un pasado como vendedor de plantas, Sarmiento ha logrado amasar
un notable patrimonio durante su mandato, incluyendo bienes inmuebles y
negocios diversos. Sin embargo, este crecimiento patrimonial ha levantado
sospechas y críticas, especialmente en lo que respecta a la ética y
transparencia de su gestión.
Las acusaciones contra Sarmiento
incluyen el aprovechamiento indebido de su cargo para beneficio personal y el
de sus allegados, una práctica que erosiona la confianza pública en su
liderazgo. Además, se le critica por presunto nepotismo, favoreciendo a familiares
y amigos en decisiones y contrataciones municipales. Este tipo de prácticas, si
se confirman, podrían constituir un grave incumplimiento de los principios de
buena gobernanza.
A
pesar de las acusaciones y el creciente descontento, Sarmiento busca la
reelección, defendiendo su récord y prometiendo continuar con su visión para
Cuautlancingo. La comunidad se enfrenta a un dilema: elegir entre la
continuidad de un liderazgo ya establecido, pero manchado por acusaciones de
corrupción, o buscar una alternativa que pueda ofrecer un cambio en la
dirección del municipio.
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